A D. GUSTAVO BUENO, QUEJIDO Y COMPAÑA EN SU TRÁNSITO.
Sobre los 19 años, estando yo en tercero de Derecho, me gustaba asistir a conferencias de D. Gustavo Bueno. A la primera que acudí fue en el CAU de Oviedo. Recuerdo que al finalizar le pregunté algo sobre las ideas de Wittgenstein, que lo pronuncié com o guisky o Winston. Pues recibí una bronca y una lección: antes de contestarme me inquirió como buen pesquisidor de todo el conocimiento, ¿por qué lo pronuncia Vd. anglosajonizado? Realmente tenía razón. Luego aprendí términos que supo definir con precisión, "simploké", nematológico, las tres capas de una democracia, destruir mitos y boberías, etc. Una mente tan lúcida como humilde. En una de las últimas conferencias que asistí sobre el materialismo de Unamuno, expuesta magistralmente por D. Pedro Insua Rodríguez , amigo común a la sazón y que al igual que el Maestro Bueno, deja jirones de su piel en lo que enseña, le acompañé hasta la entrada de su piso en Oviedo y le puse al teléfono con Amando de Miguel. Ambos se conocían