KAZÁN, MI PERRO AMIGO.
De aquella novela de Oliver Curwood leída en la mocedad te puse el nombre querido y fiel amigo mío. El pasado viernes se atravesó un hueso en tu esófago, reconoce que eres muy glotón. Te vi a mi lado con dificultad respiratoria y a la clínica veterinaria de Grado te llevamos. De ahí a la de Oviedo, que es como un Hospital, honor de profesionales, donde quedaste ingresado. Llegabas justo a tiempo, que ya aparecía la disnea profunda por la trabazón del hueso. Te intervinieron manos expertas y todo salió bien. Quedaba un pequeño toquecillo en el pulmón por el hueso, pero confiaban en que con los antibióticos y tu buena salud en nada estarías saltando con nosotros. Dejamos el móvil para cualquier urgencia o novedad. El buen hacer de los Veterinarios llevó a que te detectaran algo de anemia y así nos lo comunicaron. No contentos y a pesar de ser ya la hora del fin de jornada laboral los profesionales de Buenavista, te hicieron pruebas, ecografías, analíticas vini