KAZÁN, MI PERRO AMIGO.

           De aquella novela de Oliver Curwood leída en la mocedad te puse el nombre querido y fiel amigo mío. El pasado viernes se atravesó un hueso en tu esófago, reconoce que eres muy glotón. Te vi a mi lado con dificultad respiratoria y a la clínica veterinaria de Grado te llevamos. De ahí a la de Oviedo, que es como un Hospital, honor de profesionales, donde quedaste ingresado. Llegabas justo a tiempo, que ya aparecía la disnea profunda por la trabazón del hueso.

           Te intervinieron manos expertas y todo salió bien. Quedaba un pequeño toquecillo en el pulmón por el hueso, pero confiaban en que con los antibióticos y tu buena salud en nada estarías saltando con nosotros. Dejamos el móvil para cualquier urgencia o novedad. El buen hacer de los Veterinarios llevó a que te detectaran algo de anemia y así nos lo comunicaron. No contentos y a pesar de ser ya la hora del fin de jornada laboral los profesionales de Buenavista, te hicieron pruebas, ecografías, analíticas vinieron a  resultar que tenías el bazo roto. Nueva llamada de urgencia y que había que operarlo a vida o muerte. Dos operaciones casi seguidas en un Bóxer y esta complicada, muy peligrosa.

          Fuimos a despedirnos de ti, a darte aliento. Lloramos viéndote postrado en el suelo. Te besamos, sí te besamos mucho. Te dijimos que aguantaras por favor, que te queríamos, que eres nuestro “Kazanin”. Nos mirabas como agradeciendo los mimos y hasta las palabras. Momentos de tensión, de espera. El buen Cirujano por fin terminó y vino a darnos la buena de que la operación había ido bien. Que eras un perro muy fuerte. Pero como mejor pudo nos hizo saber que habría que analizar por si hubiera células tumorales y posterior metástasis. Sería lo más normal, el tanto por ciento era elevadísimo. Hablé con mi buena amiga Maritina que vive en Córdoba, enorme como persona, tanto como gran profesional y Veterinaria. ¡Me lo demostraste tantas veces!

           Nos dijiste tu opinión clínica a las claras, totalmente en consonancia con lo que tus colegas de la Clínica Buenavista nos hicieron saber tras la intervención: las posibilidades de un tipo de sarcoma eran muy elevadas. Abriste una puerta a otras como hematomas, un golpe, etc., pero sí, teníamos que ponernos en lo peor. ─No obstante esperad los resultados de la biopsia─. Pasaron los días plomizos, como de cuarto en cuarto para hacer uno. Miedo a saber el resultado y ganas de conocerlo también. Hoy por fin nos comunican que han llegado. Que no tienes células tumorales alguna en tu cuerpo mi fiel amigo Kazán. Estoy feliz, lo estamos todos en casa. Hoy es la fiesta de las emociones contenidas, de las esperas y las cábalas, los tantos por cientos y probabilidades. Estás sano, Kazán, vivirás con nosotros, tu familia, velando por cada uno como el mejor vigía que se preocupa por todos los detalles.

            Sabía ya antes, que las casualidades no existen, que me lo dijo Enric y Hellen: si no fuera por el hueso no hubieras llegado al día siguiente. Te hubieras ido la misma noche desangrado y en silencio.

            Pero te quedas, te levantarás como siempre cada día en horas diferentes, de madrugada con una sonrisa, según nos vas viendo desfilar de la cama y arreglarnos para ir a trabajar o estudiar. Esperarás nuestra vuelta y ladrarás al sentirnos llegar de contento. Seguirás buscando mi regazo en el sofá después de comer para dormir la siesta juntos y roncar los dos a la vez.

            Gracias Kazán por tanto amor que nos das sin pedir nada, mi gruñoncete. 



PD: Agradecimiento especial a la Clínica de Grado, a la Clínica de Buenavista de Oviedo y a mi amiga Maritina Huerta Navarro, la mejor Veterinaria.


José Cuevas,






Antes de entrar al quirófano.


Ahora en casa



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