¿ORGULLO GAY?

Se ha terminado el mal llamado, a mi opinión, el orgullo gay. 

Dejando aparte que la palabra proviene del latín, (superbia, insolentia o supercilium) y significa arrogancia, soberbia, me hago unos simples planteamientos que no dejan de ser míos. Lo primero es que yo siempre respeté la inclinación sexual de cada cual. En mis años mozos, cuando resultaba fácil que pegaran a los homosexuales, salí en defensa de dos amigos que lo eran y no creo haber hecho hazaña alguna por ello, más bien lo que me pareció justo. Dicho esto y antes de que se me tache de retrógrado, por estas líneas sobre el orgullo gay (por cierto que el término gay es un acrónimo de “good as you”= eres igual que yo, o tan gamberro como yo, tan bueno como yo, etc.). 

Lo acontecido en Madrid ha sido solamente fabuloso por el dinero que recaudaron los comercios y la Comunidad en general. Ahora bien, una cosa es ser homosexual, lesbiana, carne y pescado o lo que cada uno le vaya al gusto y otra es pintar el indio en la rúe o hacer obscenidades delante de menores. 

Esto no es necesario ni creo que los propios homosexuales o lesbianas normales y con un poco de sentido común lo vean con buenos ojos. Por otro lado está la financiación con dinero de todos de tal despliegue de medios, policiales, seguridad, banderas, adornos, calles cortadas, plataformas y un largo etcétera. Carmena, estás caduca y juegas con tu propia hipocresía, que hace unos días prohibiste en la fiesta de la Policía Municipal de Madrid que sonara el Himno Nacional, como se hizo todos los años y porque además es el nuestro. ¿Acomplejada de ser española o lo confundes con ser facha? Pues yo estoy orgulloso de ser español aunque tenga que aguantar y ver a políticos tragavirotes como tú, mamarrachos de cajón, harpagones del puñetero progresismo y doctrinarios de los más débiles. 

También te negaste a colaborar con las procesiones de Semana Santa, religión y creencias aparte, aunque solo fuera por la costumbre tan arraigada y la cultura que va inherente a ellas. He visto escenas que me dan asco, no como heterosexual, sino solo como persona. Esto no es orgullo de nada, es simple y llanamente la decadencia de una sociedad depravada. Hay que respetar todo, claro que sí, pero al igual que la música, debemos combinar los sonidos y los tiempos para crear arte. Y aquí se ha desafinado desde la primera nota  del pentagrama. Por cierto, los homosexuales me encantan, me chiflan y me pirran, cuantos más haya, a más tocamos. Permítaseme esta ironía y hasta aquí he llegado. Beatus ille...


José Cuevas,

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