EL IMPUESTO SOBRE EL PATRIMONIO


Somos unos inocentes engañados por la estulticia de nuestros inquisidores, también denominados políticos, si el Gobierno quisiera de verdad cobrar impuestos a los ricos, tendría mil y una maneras mejores de hacerlo que volver a poner un impuesto ineficaz, estéril y difícil de cobrar, que genera toda clase de fosas contables, haciendo que la gente se lleve sus ahorros a otro lado o se limite a crear un par de malabarismos de ingeniería financiera para no pagar.

Si el Gobierno quisiera obligar a los ricos a pagar más, subiría los impuestos de los dividendos, subiría un poco el tramo superior del IRPF o subiría el Impuesto de Sociedades para las grandes empresas. Tratar de cobrarle un porcentaje a la gente sobre sus ahorros lo único que consigue es que desaparezca dinero del mercado de inversión, se muevan empadronamientos dentro de la Unión Europea y no traiga un duro de fuera el que lo tiene fuera. ¡Estupendo! Más gambas, chuletones y buen vino para los cineastas de la ceja, que se gastaron en estos menesteres 95.000 Euros de los 250.000 que les otorgaron de subvención. A los pobres pensionistas ni una ayuda, por ejemplo para el dentista, que baratos no son.

Pero la idea es otra, no seamos ilusos. La idea es achuchar a las Comunidades Autónomas, ahora que este impuesto no va a producir ni mucho menos lo que producía. Y trato de explicarlo para quienes no estén al corriente de cómo va este asunto.

El Impuesto del Patrimonio es un impuesto transferido, del que el Estado no ve un duro porque su importe pertenece a las autonomías. Cuando el impuesto se suprimió, el Estado firmó un acuerdo con las Comunidades Autónomas reconociendo esa deuda. Es decir: el Estado se comprometió a transferir a las autonomías el dinero que dejaban de recaudar al quitarse este impuesto.

Al recuperarse ahora el Impuesto, el acuerdo se desactiva, y el Estado deja de deber ese dinero a las autonomías, que deberán conseguirlo por sí mismas recaudando el Impuesto del Patrimonio. ¿Y dónde está el chiste? En que ahora no se va a recaudar ni mucho menos lo que se recaudaba en 2008, por la bajada de la bolsa  (las acciones valen la mitad) , la bajada de los pisos y la descapitalización general del país.

Por tanto, lo que el Gobierno pretende no es hacer pagar a los ricos, sino dejar de pagar a las autonomías, que no van a poder recuperar ese dinero mediante el impuesto y que se van a ver con el agua al cuello al perder lo que el Estado les transfería por este concepto. O sea, y en resumen, que la recuperación de este impuesto va a suponer un recorte de los servicios que las autonomías prestan a los ciudadanos.

Pero a la gente normal, que no está metida en estos tecnicismos, nadie le explica estas cosas. No dar explicaciones es una forma más de enmascarar  la verdad. Cuando esto se hace, no deja de ser un eclecticismo entre el engaño y la mentira. La ruindad del que maneja la información y la distribuye a su antojo, según le convenga.

No pidas que las cosas lleguen como tú las deseas, sino deséalas tal como te lleguen, y prosperarás siempre.

A ver cuando tenemos políticos en vez de "ilustrados" sinvergüenzas y engañabobos. Es preferible que nos muestren la verdad aunque duela y fuere terrible que escurrir el bulto y tomarnos por analfabetos, que no deja de ser una forma más de mostrar su hilaridad hacia quienes bien les hacen vivir en el cuerno de la luna. ¡Ya bajarán a los infiernos!

José Cuevas,








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