EL PORQUÉ DEJO LA AGRUPACIÓN DE TRAFICO DE LA GUARDIA CIVIL.
Un guardia de Tráfico me hace llegar esta
carta, con el ruego de su publicación. No hay nada que decir ni añadir. En mi
opinión, después de leerla se entienden muchas cosas.
El Antirradar, 7 de
septiembre de 2011.Si no lo sabe, ya se lo digo yo; Un guardia civil de tráfico
gana unos 250 euros más que un guardia civil del Servicio Rural. Es oportuno
señalar esta diferencia porque en los tiempos que corren es una cantidad
importante para lo que gana un guardia. Mientras que un guardia de Rural puede
acabar perdido en el último pueblo perdido de nuestra piel de toro, un guardia
de Tráfico tiene su base en una población más o menos grande con todas las
comodidades a su alcance. Eso hoy. Hace no tanto tiempo, mientras un compañero
de Rural tenía un día libre, en la Agrupación de Tráfico teníamos dos. En Rural
el servicio era prácticamente imposible de conocer de un día para otro y en la
Agrupación podíamos planificar nuestra vida al menos con una semana de
antelación. En Rural tenían uniformidad con cuentagotas y en Tráfico no
faltaban camisas, abrigos, botas... Siempre lo mejor de lo mejor. En Rural iban
andando, restricción de combustible obliga, mientras que en Tráfico recorríamos
la carretera a placer. Eran los tiempos en que llegar a Tráfico era un camino
difícil. Pocos cursos y cientos de solicitantes, había tortas para ingresar en
la Agrupación. Hoy, después de muchos años, estoy decidido; me marcho de
Tráfico. Muchos de mis compañeros lo intentarán conmigo. Algunos tal vez lo
consigamos; si no es así, volveremos a intentarlo en cuanto tengamos ocasión.
Es un chorreo continuo, que hace que la Agrupación de Tráfico, poco a poco, se
esté quedando sin efectivos. Porque las bajas se amortizan, es decir, no se
cubren las vacantes. Quiero recordar aquellas páginas de la revista Interviú,
al poco de entrar Pere Navarro al frente de la DGT, en las que se informaba de
que el nuevo Director General había encargado un estudio para eliminar la
Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y sustituirla por una nueva policía
de carreteras, al estilo de lo que se hace en Italia.
El que lea esto
seguramente no entenderá nada; tampoco lo entienden mis amigos ni lo entiende
mi familia. ¿Por qué marcharse de un sitio en el que el sueldo es mayor y el
material y los medios son mejores? Pues para dormir tranquilo, principalmente. Vivimos
una Agrupación desprestigiada por su propia Dirección General, sin rumbo, al
servicio del poder y nunca del pueblo. Abandonada a su suerte y dando la cara
ante unos ciudadanos reventados y hartos de sostener con su bolsillo los
desmanes de este Gobierno inepto. Agazapados en las cunetas, con las botas
manchadas de barro y grasa y cada día con menos honor. Si, honor. Alguno se
reirá, pero el honor es lo defiende el uniforme de la Guardia Civil.
Cada una
de nuestras buenas acciones acaban por los suelos por ocurrencias del señor que
dirige la DGT. Cada momento de gloria de esta Agrupación acaba hecho añicos por
cada guardia escondido detrás de un matorral operando un radar. Es intolerable,
un insulto al Cuerpo ¿Cuándo ha tenido que esconderse la guardia civil? Hablo
de lo que vemos últimamente, no un coche con radar parado en la mediana más o
menos oculto, no. Hablo de verdaderos malabares para esconder el coche o los
trípodes, llegando hasta disfrazarlos de arbustos como hemos visto con
vergüenza ajena en fotografías en algunos periódicos. De las miserias internas
de la prestación del servicio no quiero ni hablar. La mujer del rey no sólo ha
de ser honesta, también parecerlo. La guardia civil necesita urgentemente
alguien que se encargue del "marketing", del "community" o cómo
demonios se llame ahora. De que la Guardia Civil parezca lo que es y no lo que
la hacen parecer. Y marketing no es un reportaje de vez en cuando en la tele
mostrando los mejores coches y motos y el helicóptero con radar. Marketing no
es sacar al teniente más guerrero a mostrar a todos los españoles que viene el
coco. Marketing es hablar con el conductor, ayudarle con su ruta, auxiliarle en
una avería mecánica. Marketing es boca a boca. ¿No se dan cuenta los mandos de
esta agrupación que nos están usando para promocionar la persecución, de que
nos hacen cómplices de su infame política de criminalización del conductor?
No,
para nosotros el conductor no es un criminal. En el 99% de los casos, es una
persona que va de aquí para allá con precaución. Hace años que no veo un reportaje
de auxilio. Sólo veo cómo el nuevo radar fotografía a un infractor, el
helicóptero sigue a un veloz automóvil, o cómo el teniente de Madrid para a los
conductores para realizar la prueba de alcoholemia. Palo, palo y más palo. Eso
es lo que vendemos, o mejor, lo que la DGT quiere que vendamos. ¿Para cuándo el
reportaje de la agrupación de tráfico escoltando a una ambulancia, ayudando con
la camilla, visitando al herido en el hospital o llevando a su dueño los
efectos personales perdidos en un accidente? Tal vez al señor director general
esto no le interese, no parece importante que España sepa que esta, entre
otras, es nuestra tarea. O peor, tal vez no se ha enterado de la verdadera
función de la Agrupación de Tráfico de la Guardia civil y por eso hace el uso
que hace de ella.
Los recortes que este
Gobierno ha llevado a cabo en los salarios de los funcionarios no se han
quedado sólo en el sueldo base; han llegado a productividades, recortes de
horas y todo lo imaginable que tenga un coste económico. Parches y más parches
cuando el mal ya estaba hecho. Es tal la chapuza que en un destacamento de
quince guardias, puede haber diferencias de sueldo de más de 200 euros. Y si
entramos a hablar de la diferencia de servicios, mientras un guardia realiza,
por ejemplo, tres noches, otro puede hacer cinco y otro siete. Un guardia puede
hacer tres fines de semana, otro dos y otro ninguno. El descontrol y la
discrecionalidad de los mandos es la constante de la Agrupación.
Este mes García, un
compañero, no percibirá la productividad. Ha tenido la "mala suerte” de no
poder detener a nadie porque no ha encontrado a nadie borracho a quien detener.
Hizo varios miles de kilómetros durante sus servicios, denunció diversas
infracciones, asistió un par de accidentes e incluso escoltó un transporte
especial. Por desgracia ningún borracho o conductor sin carné. Benítez y Blas
(otros dos compañeros) sí toparon con uno. Resultado: la productividad esta vez
no le llega a García. La cara de García es un poema... No es que Benítez y Blas
no la merezcan, es que García también. En los destacamentos de toda España hay
demasiados García.
Y aquí está un “García”,
que no ha recibido nunca una productividad mientras algunos de sus compañeros
lo hacían mes si y mes no. Aquí tienen a un espectador que ve en la tele
siempre los mismos reportajes y ya le aburren. Aquí un guardia de Tráfico
cansado de mandos incapaces que sólo saben berrear y no asumir nunca jamás sus
responsabilidades, harto de no saber qué servicio tendrá mañana aunque las normas
obliguen a conocerlo con anterioridad, avergonzado de pisar carreteras en
estado tercermundista y echar la culpa de cualquier diligencia a la velocidad
inadecuada, asqueado de ver a compañeros saltando como conejos a la carrera
para no ser atropellados porque nos han puesto en un control de alcoholemia en
un tramo sin luz ni visibilidad. Verdaderamente hastiado de las presiones. Y
sí, que se me llame débil de carácter si se quiere, de que todo el mundo a mi
alrededor me considere un bandolero y me repita lo bien que lo hacía la guardia
civil antes y que ahora somos impresentables y sólo atracamos a los
conductores. En estos últimos años no puedo recordar una sola instrucción o
medida de la DGT encaminada a favorecer la relación con el ciudadano o a prevenir
accidentes. Todo han sido medidas represivas para mantener al conductor firme.
No cabe duda que lo han conseguido, aunque para ello hayan tirado todo el
prestigio de la guardia civil de Tráfico a la basura. La gente conduce
literalmente acojonada, agarrotada, y yo mismo he sido testigo de demasiadas
situaciones de riesgo generadas por esa sensación del conductor de ser metido
en la cárcel por salir a pasar el fin de semana con la familia.
Cuando se realiza un
trabajo, el que sea, son muchos los factores que hacen que la persona lo
realice de modo eficaz y correcto. Uno de ellos es la motivación. Si el trabajo
es vocacional, como este, ese factor es si cabe, mucho más importante. Para
cumplir y hacer cumplir la Ley, hay que creer en ella. Se puede dudar, pero
esas dudas no han de dejar nunca paso a la desgana y el desánimo, pero cuando
el objetivo que se persigue no es el cumplimiento de la Ley, sino el engorde
las raquíticas arcas del Estado. Cuando no se trata de las vidas que se salvan,
sino del impacto económico que esas víctimas causan y cuando ha dejado de ser
una cuestión real de moralidad para pasar a ser una carrera de números para
cumplir criterios estadísticos, este servidor suyo, ha dejado de creer en nada.
He cometido el terrible
error de empezar a leer determinados blogs y artículos y empezar a cuestionarme
ciertos dogmas de fe. He cometido el error más terrible todavía, de no creer en
esos artículos y buscar yo mismo esa información y contrastarla y he cometido
el error supremo de empecinarme en encontrarla. Y la he encontrado, vaya si lo
he hecho. Señor Director General de tráfico. Espero decirle pronto que ya no
será usted mi superior, me marcho. Sepa usted que para mí y para la mayoría de
mis compañeros ha sido sin ningún género de duda el peor Director General que
ha pasado por Tráfico, por mucho que se vanaglorie usted de los éxitos
cosechados. Medite el modo en que los ha logrado y medite más aún cuánto de
cierto hay en ellos. Piense en cómo encontró la Agrupación y cómo la deja. Nunca
le gustamos demasiado, también es cierto. Valore cuantas veces ha faltado a la
verdad disfrazando la realidad.
Señores mandos de la
Agrupación. Son ustedes oficiales de la Guardia Civil, ¡Por el amor de Dios!
Digan basta de una vez a esto y preocúpense por sus guardias, sometidos por sus
jefes de Destacamento y Subsector en algunos casos hasta el agobio. Bajen a la
tierra y escuchen sus necesidades que no siempre son salariales.
Lo dicho, me marcho. Nos
marchamos muchos. Nadie nos echará de menos porque ya se han encargado desde el
Gobierno de eliminar casi 2.000 agentes de Tráfico, así que pensándolo bien
hasta les hacemos un favor.
Quizás no sea un adiós
sino un hasta luego. Hasta que vengan mejores tiempos, hasta que la vida
personal se pueda compaginar con la laboral, hasta que no se nos pida tener el
don de la ubicuidad, hasta que el Director General de Tráfico se haya marchado
a su casa y no tengamos que cargar y llevar a la práctica sus ocurrencias de
fin de semana. Hasta que venga un director general que escuche a los que saben
de seguridad vial y que se preocupe de lo que importa y no de salir en la tele
todos los días.
De que las víctimas desciendan de verdad y no debido a
creativos juegos de contabilidad estadística. Hasta que el reconocimiento de
que las vidas que se salvan recaiga en sus verdaderos salvadores. Médicos,
enfermeros, bomberos, protección civil, investigadores médicos, el Señor Audi,
la señora Mercedes, etcétera. Y a la postre, estos humildes Guardias de
Tráfico. Por qué si es por el cochino carné por puntos, decomiso de coches y
demás absurdas zarandajas, estábamos apañados.
Por mi parte no debo ni puedo añadir nada a la carta de este compañero. Le comprendo, le apoyo. El Director General de Tráfico es un memo, esto sí lo digo yo. Es poco inteligente y de poco juicio para mi gusto. Otro ratón encima de un queso, y ya van unos cuantos. Un apunte personal, el precio de las multas de tráfico es excesivo, no proporcionado al sueldo del españolito medio. El sistema recaudatorio una auténtica chapuza, sólo pagará quien quiera. Por eso existen las Compañías "quitamultas", si fuera bueno y serio no tendrían sentido. Demasiado burocrático. Solución que propongo: dependiendo de las circunstancias, las multas de 20 á 50 Euros como mucho. Posibles cantidades mayores para infracciones severas o muy graves, reiteradas, etc. Cobro inmediato en 20 días o en la primera nómina. Si es insolvente, depósito del vehículo hasta que abone los 20 Euros. Sin afán recaudatorio, pero con un sistema ágil y sumario. Lo que existe en España es una "chambonada". Peor no se puede hacer. Lo del carné por puntos, me suena a broma de mal gusto, a patio de colegio de niños. No debemos llegar a los extremos. Las recaudaciones de las sanciones de tráfico deberían estar centralizadas en el Ministerio del Interior, nunca en manos del Alcalde de turno. Todas de igual cantidad en el territorio nacional. A los Ayuntamientos se les daría un tanto por ciento de lo recaudado, según sanciones tramitadas. Que los Alcaldes terminan haciendo de las multas lo que todos estáis imaginando.
Sólo me resta decir, ¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!
José Cuevas,
En esta foto, los compañeros de la Guardia Civil atendieron un parto en un atasco circulatorio. Mientras uno dirigía el tráfico el otro ayudó a traer una vida al Mundo. También esto hace la Guardia Civil de Tráfico y otros actos humanitarios variados. Ellos lo saben, yo también.
Una interesante historia. Mis saludos al "Guardia de tráfico". Le dedico mi teatrillo dejado en FB.
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